He
hablado de mi Barsinson tantas veces por aquí, que llevo varias horas buscando
en el blog las entradas en las que lo menciono. Ahora que me he despedido de él
porque ya deja el colegio, se merece esta entrada.
Para
los que no me seguís desde el principio, Barsinson es uno de los alumnos que
formó parte de mi tutoría siberiana durante mis tres primeros años allí.
El
primer año fue, sinceramente, horroroso. Llegaba todos los días a casa contando
cosas de él (malas en su mayoría) y me tenía amargada. Pero, poco a poco,
nuestra relación fue cambiando.
Pasó
de querer tirarme una silla en nuestro primer año a venir a darme un abrazo sin
más en el recreo, para finalmente, cogernos muchísimo cariño. Todavía me
acuerdo de cómo lloraba el día en que me despedí de ellos como tutora.
En
los últimos años, aunque ya no le doy clase, he sabido de él porque como Jefa
de Estudios, me ha visitado varias veces en el despacho. Aunque en estos años
ha madurado y cambiado a mejor, sigue metiéndose en líos y hasta pasó por el
Aula de Convivencia para evitar una expulsión. Estando sancionado, pasé una
hora con él y al abrir mi carpeta, vio la hoja que me dio hace años en la que
decía “te quiero maestra” y que yo llevo siempre en una funda junto con una
foto de grupo. La cara de asombro al verla y de satisfacción al mismo tiempo,
lo dijo todo.
Como
digo, ha cambiado a mejor y se ha convertido en uno de los tres mejores
estudiantes de su clase (que, como ya contaba hace años, era muy complicada) y
ha ido sacando el curso muy bien trimestre tras trimestre.
El
jueves pasado dimos las notas y él vino a recogerlas acompañado de sus padres.
Lenitita:“Barsinson,
¿cómo te vas a escapar?”
Barsinson:“¡De
lujo, maestra!”
Lenitita: “Anda
ven y dame un beso, que no sabes lo orgullosa que estoy de ti…”
El
abrazo que me dio entonces me desarmó por completo.
Pero aquí estoy para no
desaparecer del todo, porque me habría gustado contar todo lo que dejé en el
tintero y porque no quiero abandonar este espacio.
Los retos se van cumpliendo a
medias, pero no puedo quejarme. Mi sueño, ése que pensaba que no se cumpliría,
se cumplió el pasado día 10 cuando acudí como público a una conocida cadena de
televisión y estuve con él, con mi ídolo desde hace 28 años.
El encuentro con Eros sirvió para
darme cuenta de varias cosas:
- Que en
persona es un tío súper simpático y cercano, con lo cual, me gusta más que
antes.
- Que
gracias a su música, he conocido a gente maravillosa que comparte mi pasión por
él y con la que estoy viviendo momentos muy bonitos.
Siguiendo la tradición que comencé
hace dos años (y porque se lo prometí a mi blog en compensación por mi demora
en felicitarlo), voy a hacer mi particular crónica de la Gala de los premios
del cine español.
Este año la gala ha estado
bastante bien. Hay gente que dice que es la mejor en años, pero yo no diría
tanto. Dani Rovira estuvo a la altura en su estreno como maestro de ceremonias
(ya se habla de que repetirá en la próxima edición como ya hicieron antes otros
que también superaron con éxito su estreno), aunque para mi gusto, sobraron
algunas de las intervenciones, como las de los tráilers que se inventó para las
películas mezcladas. Pero lo cierto es que estuvo muy bien.
Sin duda, lo mejor de la gala fue
el inicio. El montaje de pelis fue, simplemente, genial, y las diferentes
canciones que se intercalaron, muy acertadas también. El final con ese elenco
de estrellas cantando el “Resistiré” fue espectacular (me recordó a la
actuación del cast de “Los miserables” en los Oscars). Sólo lo estropeó, para
mi gusto, el final de Miguel Poveda.
Genial también el discurso
posterior de Dani, el serio y el “de risa”. El pobre Javier Gutiérrez fue blanco
de su humor y uno de los momentazos de la gala.
Muy bueno también el correcto,
pero a la vez mordaz, discurso del presidente de la academia, Enrique González
Macho. Chocó que, con lo serio que es, se prestara a un pequeño gag cómico con
el maestro de ceremonias.
Y, por supuesto, el del
homenajeado Antonio Banderas (le sobraban las gafas de Mortadelo, o al menos,
habérselas ajustado mejor) estuvo muy emotivo.
Lo peor, sin duda, curiosamente
fue lo que alabé la edición pasada: la actuación de Álex O’Dogherty.
Incomprensible.
Así que, llegados a este punto,
haré la tradicional sección de Lo más… (en homenaje siempre, a la revista
Fotogramas).
Lo más…
…despeinado: Lolita, Pedro
Almodóvar y Ernesto Alterio (¿qué se ha hecho este muchacho en el pelo?)
…entrañable: Asunción Balaguer.
…reivindicativo: el discurso del
Presidente de la Academia.
…contundente: las palabras que
Pedro Almodóvar dedicó al ministro Wert.
…nostálgico: el reencuentro de los
protagonistas de “Tesis”, Eduardo Noriega y Ana Torrent.
…espectacular: el número musical
que abrió la gala y el montaje paralelo.
…desafinado: Miguel Poveda (¿era
necesario?)
…emotivo: la dedicatoria de
Antonio Banderas a su hija.
…emotivo2: las dedicatorias de
Karra y Carmen a los desaparecidos Álex Angulo y Amparo Baró respectivamente.
…emocionado: Dani Rovira al
recibir su premio.
…apasionado: el beso de Dani
Rovira y Clara Lago.
…raro: el gag cómico entre el
Maestro de ceremonias y el Presidente de la Academia.
…incomprensible: el número musical
de Álex O’Dogherty.
…bailarín: el baile que se
marcaron Adrian Lastra y Dani Rovira con el gran John O’Brien.
…gracioso: la broma de Dani a
Javier Gutiérrez. Grande.
…esperado: el Goya de Honor a
Antonio Banderas.
…esperada: la vuelta de Penélope
Cruz a la gala.
…premiada: “La Isla Mínima”.
Y hasta aquí mi crónica. Se me
habrán olvidado varios detalles, pero es que en esta ocasión, con la cosa de
que la gala fue en sábado, me junté con unos amigos para verla y claro,
entre comentarios, risas y alguna que otra copita, se me tuvieron que escapar
varios detalles.
Otra cosita, mi familia, harta de
que últimamente siempre ganara yo la porra, no quiso hacerla este año, así que
la hice con mis amigos y… perdí. Por muy poco. Y eso que este año había visto más
películas que de costumbre…
Enhorabuena a los premiad@s y al cine español por este buen año.
Mi blog:I can’t believe it! Te
has olvidado de mi cumple!!!
Lenitita: Negativo. Me acordé,
pero antes. Debí haber programado la entrada para que no se me pasara, pero se
me pasó… Sorry!
Mi blog: Vaya manera de celebrar
mi séptimo cumple. El año pasado me renovaste y me prometiste pasar más por
aquí. Y no has cumplido.
Lenitita: Cierto. No te he
abandonado del todo, pero sí un poco. Además, a estas alturas del año, todavía
no me ha llegado el Calendario Ekilikua, que me hacía pasar por aquí todos los
meses.
Mi blog: ¿Y qué tiene que ver?
¡Será que no hay cosas de las que hablar!
Lenitita: Pues también es verdad.
Pero ya sabes que, aunque renové mi ordenador, el poco tiempo que paso
navegando por la web, suelo hacerlo con la tablet o el móvil y en esos
dispositivos, lo de escribir, no me gusta.
Mi blog: Pues estoy enfadadísimo.
Lenitita: ¿Y si te compenso con
una de mis crónicas cinematográficas?
Mi blog: ¿De la Gala de los Goya?
Lenitita: Por ejemplo. Los Oscars
no han sido todavía. Además este año tendré que verla a posteriori porque no
coincide con el puente de Andalucía.
Mi blog: OK. Y ¿qué más?
Lenitita: Te regalo una canción.
Feliz cumpleaños.
Pues no he cumplido con mi
propósito de no abandonar el blog. Sorry.
Aunque
empecé muy animada, algunos meses apenas si he publicado (eso sí, no he faltado
a mi cita mensual con el Calendario Ekilikua que, por cierto, aún no tengo en
mis manos el del 2015, así que no sé cuándo volveré a publicar entradas con él).
Pero, ¿desde cuándo he cumplido yo con mis propósitos?
Dejando
a un lado mi poca voluntad para cumplir ciertas cosas, sí me gustaría terminar
el año como tantas otras veces he hecho por aquí poniendo una foto
representativa de este gran año.
Esto
de las nuevas tecnologías es un problema para esta tarea, ya que tengo miles de
fotos donde elegir, pero después de un rato, he pensado rescatar una foto de
este verano en Tenerife, donde pasé unos días magníficos y en maravillosa
compañía.
De
los cinco que íbamos, sólo dos llegamos al pico del Teide, y ahí estaba yo, feliz
y orgullosa bajando a toda pastilla porque se nos iba el último teleférico.
Feliz
año a tod@s y nos vemos por aquí, aunque sea poco ;)