Últimamente tengo el blog un pelín olvidado. Error.
No es el único error que estoy cometiendo últimamente y, más vale ir enmendándome.
Uno de esos errores ha sido decidir tocar la guitarra con mis críos en la actuación de Navidad. Vale que sólo hemos ensayado en serio una vez, pero ha sido un completo
desastre. Esperemos que la cosa cambie en las próximas dos semanas…
Pero tampoco soy la única que comete errores.
Los del cursillo
on-line que estoy haciendo, por ejemplo. Nos ponen unos vídeos tutoriales muy ilustrativos para realizar las tareas que nos mandan. Pues bien, después de perder la tarde intentando hacer lo que en el vídeo resultaba tan sencillo, te decides a colgar tu duda en el foro y, para tu tranquilidad, ves que no eres la única con esa duda. Y poco después la respuesta: que en el tutorial no decían tal o cual cosa, que pruebes con esta otra a ver qué tal. Tócate los pies, si lo dices en el tutorial de primeras, no pierdo la tarde y avanzo en el curso…
Otro ejemplo: mis nuevos vecinos. Son súper escandalosos y están todo el día gritando y con la tele y la música a tope. Normalmente los oigo cuando entro o salgo porque en el rellano del ascensor es donde más se les oye. Luego, dentro, ya no los oigo tanto, sólo cuando estoy en silencio como ahora. Cuando pongo la tele o estoy atareada con cualquier cosa no me doy cuenta.
Esta mañana mientras limpiaba, tenían la radio tan alta que la escuchaba como si la tuviera en mi misma habitación, así que no he tenido más remedio que poner el
“Eros live” a tope, porque ya que tenía que escuchar música, que fuera la mía propia.
Por cierto, que
Eros también cometió un error hace unos años: teñirse el pelo de
rubio pollo. Pero, para enmendarse nos regaló este estupendo dueto con el gran
Joe Cocker.
Perdonado.
:)