Tal y como hice el año pasado, voy a intentar recapitular sobre lo acaecido el año que termina. Como ya he comentado más de una vez, tengo memoria de pez, por lo que es muy posible que se me escapen muchos detalles, pero allá voy.
Este año ha estado marcado por mi estabilidad geográfica. Finalizado ya el destierro, me he pasado el año en casa, lo que me ha dado la oportinidad de poder hacer planes y tomar decisiones. La más importante, sin duda, ha sido la compra de mi piso.
Otro momento importante se produjo en el verano (al igual que el año pasado) cuando decidí cumplir otro sueño viajando a Italia. Fue un viaje increíble del que quería dejar testimonio por escrito, pero la falta de tiempo me lo ha impedido y ahora, seguramente, me lo impedirá mi memoria...
En cuanto al trabajo, quizá haya sido lo que menos ha variado desde que llegara a Siberia en septiembre del año pasado (Siberia es como llamo al pueblo donde trabajo, por la diferencia de temperatura que hay con respecto a la capital). El caso es que sigo con mi condena, pero pienso que ya vendrán tiempos mejores, por lo que he decidido no concursar este año, que ya estoy un poco harta de tanto cambio.
Este año también he tenido que despedirme de una gente estupenda. Echo de menos a Rose, a Lauri, a Elsa, a Elisabet... mis compis de fatigas, de recreos y confidentes. También este año tengo buenos compañeros y, seguramente me lamentaré de perderlos a ellos en el futuro.
Me acuerdo también de mi viajecito a Málaga y de las buenas noticias que me dieron allí. Volveré pronto.
También me acuerdo de los buenos momentos que he pasado con mis compis de la UPM en el curso de guitarra. De la despedida en mayo con su actuación correspondiente y posterior fiestecilla y del reencuentro en octubre. Este año además me he atrevido a tocar ante otras audiencias y he superado mi miedo escénico tocando incluso ante mi familia el día de Nochebuena.
Me acuerdo de mi tortura con el fisio, de mi vuelta a la natación, de las risas en el piso de mi hermana pintanto la pared y moviendo muebles, de mi visita a mis compis albojenses, de la tarde que pasé con mis hermanas en el antiguo Opidum (¡con lo que me gustaba ese sitio!) ahora reconvertido en cafetería, de las jornadas en la huerta de los abuelos jugando al bingo, del día que fui a comprar las entradas para el concierto de Eros, de la celebración del cumple de mi prima con toda la familia, del bautizo del pequeño Andrés, de la visita al Castillo, de la visita a Córdoba y el reencuentro con una vieja y debilitada amiga de la familia...
Desgraciadamente, también me acuerdo de malos momentos, pero de esos, mejor no hablar.
Y como no, de los maravillosos ratos que paso con el blog y con todos vosotros: Álma Máter, Nuncadejesdesonreír, Ada y los patos del estanque, Sara, Julia, Encarni, Lileth, Vicky, Bimbi, Treintañera, Dolqui, Arlequín, Loren y tantos otros que pasáis por aquí (comentando o no) y que soy incapaz de recordar ahora mismo (¿os he dicho ya que tengo memoria de pez?). Bueno, también me acuerdo de que se me han quedado muchas entradas pendientes, pero no me acuerdo de cuáles...
En fin, que al igual que hice el año pasado, voy a escoger una foto, aunque no ha sido fácil. Elegir entre más de 1.800 no es tarea sencilla, pero me quedo con ésta, porque los sueños, a veces, se cumplen.
Buen año a tod@s ;)