
La garganta es el punto débil de los maestros, y la mía no iba a ser menos.
Es normal que a estas alturas del curso (las primeras dos semanas son determinantes) las gargantas de los maestros empiecen a resentirse, sobre todo la mía, pues como ya sabéis, tengo que emplear un, llamémoslo, tono alto casi todo el tiempo. Cuando no estoy en mi clase, estoy con los peques, con los que también tengo que forzar la voz, sobre todo cuando me pongo a cantar esas cancioncillas que luego ellos tan felizmente canturrean.
El caso es que tuve la genial idea de ponerme la discografía completa de Eros Ramazzotti en el coche al principio de curso, y claro, a mí me encanta cantar en el coche y me encanta Eros Ramazzotti. Cuando le di la primera vuelta (en castellano), decidí seguir con otro de mis incondicionales y me puse la discografía de Ismael Serrano, cuyo tono de voz me viene mucho mejor para cantar a grito pelao y claro, el primer disco es uno de mis favoritos, total que fui cantando todas las canciones de principio a fin, especialmente ésta:
Por la noche, notaba que me fallaba bastante la voz y que estaba un poquito afónica.
Ayer tocaba “La memoria de los peces”, otro de mis favoritos. Ya desde la primera estrofa de “Últimamente” me di cuenta de que era imposible. Así que tuve que hacer lo que hago normalmente porque mi garganta ya no se recuperará durante el curso: cantar en playback.
Me parece que sería más aconsejable poner la radio…