viernes, 26 de febrero de 2010

Cosas que hacer en la sala de espera.




Yo sigo flipando con esto de las consultas médicas. ¿Hay alguien que haya entrado alguna vez en su vida a la hora que le citaron? Seguramente no, y si lo hay, tendría que ser un caso digno de análisis en el programa de “Cuarto Milenio”.

El caso es que ayer acompañé a mi hermana y a mi madre a una consulta. Hacía una tarde de perros con vientos de no sé cuántos kilómetros por hora y las acerqué con el coche. Como encontré aparcamiento bastante rápido (eso sí, en zona azul), me fui con ellas para luego traerlas de vuelta.

Serían algo más de las seis y media de la tarde (teníamos hora a las siete) y la sala de espera estaba a tope cuando llegué. La cosa empieza a ponerse preocupante cuando ves que ya llevas allí media hora y no ha habido movimiento alguno entre los presentes. Por fin sale uno y llaman a otro, pero entonces la preocupación va en aumento cuando oyes comentarios como “pues yo tenía cita a las seis”, “pues yo a las seis y veinte” y te das cuenta de que la tuya es la última de todas y empiezas a hacer cuentas.

Mi suerte (y la de mi hermana) fue que llevara conmigo una libreta y un boli. Estaba a la espera de una llamada para darme un presupuesto y me la había llevado para apuntarlo. El del presupuesto no llamó, pero no veas el partidazo que le sacamos a la libretilla mi hermana y yo.

Entre los muchos juegos que me inventé os dejo este:

“Cosas que hacer en la sala de espera, por ejemplo, jugar al “SOS”, un, dos, tres, responda otra vez”:

- Jugar al SOS.
- Dormitar.
- Mirar los calcetinillos blancos de los guiris (es que tres de los que esperaban eran guiris).
- Explicar la receta de la tarta de queso.
- Inventarse juegos.
- Mirar cómo entran y salen las enfermeras y ponerte de los nervios.
- Hacer ruiditos con los pies.
- Jugar al Tetris con el móvil.
- Dar paseítos.
- Resoplar.
- Entretener a tu hermana con jueguecitos como éste.
- Mirar cómo todos se van… menos tú.
- Intentar pillar la conversación de los guiris (inútil, porque están dormitando…)
- Mearte locamente y no atreverte ir al WC por si te llaman.
- Mirar los peinados de la gente.
- Mirar al techo y descubrir grietas, manchas, pelusillas…
- Juguetear con el paraguas.
- Mirar ilusionada a la puerta cada vez que se abre…
- Cagarte en la put… cabeza del que da las citas.
- Levantarte, subirte el pantalón y volver a sentarte.
- Hacer cuentas mentales de las horas que llevamos aquí.
- Preguntar “¿A qué hora tenía usted?”

Además de éstas, apuntamos alguna más, pero son bromas entre mi hermana y yo que aquí no se entenderían. Acabamos jugando al ahorcado con nombres de pelis. Aquí intervino también mi madre que también estaba frita de tanta espera.

Al final nos quedamos solas en la dichosa sala y, por fin, a las diez menos cinco de la noche (¡!) nos llamaron. Quince minutos después salimos por la puerta y no vimos ni al de seguridad.

Qué manera más entretenida de comenzar el puente del Día de Andalucía.

Por cierto, mola ser andaluz en estas fechas, jeje.

;-)

martes, 16 de febrero de 2010

Una emoción para siempre.


El título de esta canción resume muy bien mi experiencia el pasado fin de semana.

El sábado comenzó tempranito, me había pasado la tarde dando vueltas y casi no había dormido. Llovía y mi hermano nos acercó a la estación. El paisaje más de medio camino era el mismo: nieve y más nieve, pero poco a poco fue cambiando. En Madrid estaba despejado pero hacía muchísimo frío.

En Atocha nos agenciamos un planillo del metro y llegamos sin problemas al hotel. La sorpresa fue encontrarnos la primera cola del día para hacer el “check in”. Muchos grupos de treintañeros que, seguro habían venido a lo mismo que mi hermana y yo. También muchas parejas que habrían venido a lo mismo o a celebrar San Valentín.

Por fin subimos a la habitación, pero apenas había tiempo para nada, eran casi las dos de la tarde y yo había quedado a esa hora en la puerta del Palacio de los Deportes con unos compis del foro ramazzottiano para irnos a comer. Aquí llega la segunda sorpresa del día: a esa hora ya había cuatro colas formadas. Nos quedamos flipás, pero como mis compis malagueños estaban al comienzo de una de las filas, decidimos que era una ocasión única para verlo en primera fila. Así que a las dos de la tarde, Lenitita y su sufrida hermana ya estaban colocadas en la cola.

Gracias a los compis ramazzottianos, las horas de espera no sólo fueron soportables, sino también agradables. El reloj corría, el sol se fue y el viento empezó a soplar haciendo que nos quedáramos helaícos. Así estuvimos hasta que decidieron abrir la puerta un poco antes de lo previsto, de manera que a eso de las ocho menos cuarto de la tarde ya estábamos colocadas ¡en primera fila!

No podía creerlo. Las gradas del Palacio fueron llenándose poco a poco hasta que estuvo completo y la hora se acercaba. Para hacernos la espera más llevadera, un grupo angoleño nos amenizó con su música y sus bailes un ratillo que yo aproveché para hacer pruebas con la cámara.

A las nueve y media en punto comenzó a sonar “Apuntes y Notas” y el gran contenedor que había suspendido en el escenario, descendió lentamente. En su interior, EROS nos contaba eso de “Tomo apuntes, notas, de noche y de día, fragmentos que me cuentan detalles de la vida…” y al grito de “Yo estaré siempre aquí, el mismo espíritu tendré…” todos enloquecimos cantando con él.



Después, un breve saludo en castellano, con lo que le cuesta hablar, “el idioma de aquí” lo llamó. Qué tío. El repertorio enterito en español, leyendo los monitores, eso sí, pero se agradeció el esfuerzo por agradar a todos los fans.





Y aquí el repertorio al completo (no os lo vais a creer, pero el domingo me puse a recordar y las saqué todas, el orden de algunas me fallaba, pero con la ayuda de una forera, aquí lo tengo):





“Apuntes y notas”, “Dónde hay música”, “Un segundo de paz”, “Cuánto amor me das”, “Estrella gemela” (una de mis favoritas), “Terra promessa” (la única que cantó íntegramente en italiano), “Una historia importante”, “Ahora tú”, “Si bastasen un par de canciones” (una de las más coreadas, por supuesto), “Fábula” (mi favorita), “Las cosas que he visto” (otra de mis favoritas), “Una emoción para siempre”, “I belong to you”, “Música es” (otra de las más coreadas), “Amor en contra” (genial esta canción con la guitarra acústica), “Otra como tú” (también de las más coreadas y acompañada por la guitarra), “La Aurora” (que la cantó junto al piano delante de donde estábamos), “Para mí será por siempre” (también a nuestro lado), “Contra el viento”, “El camino” (una de las nuevas y otra de mis favoritas), “La sombra del gigante”, “Cosas de la vida”, “Fuego en el fuego”, “Este inmenso show”(genial canción que nunca fue single y que nos encantó que cantara). Aquí hubo una breve pausa y, al grito de “¡Eeeeeeros, Eeeeeeros!” volvió para terminar con “Dímelo a mí” y “La cosa más bella”, finalizando con un "¡Madrid, gracias por existir!"






Canciones nuevas y de las de siempre, que a mí me supieron a pocas, tanto que cuando acabó lo primero que dije fue: “¿Ya?”





Y bueno, momentos geniales como el duelo con su trompetista, o el cachondeíto con la pronunciación de la “z” o cuando se puso las gafas (bastante llamativas, por cierto) para leer bien los monitores.




El espectáculo en general, una auténtica pasada. El escenario, los monitores, las imágenes… todo, simplemente genial. Y bueno, como he comentado al principio, fue una jornada increíble por todo lo vivido con los compañeros ramazzottianos. Un fin de semana mágico, en todos los sentidos.





Mención especial merece mi hermana, que me ha soportado y me ha acompañado, demostrándome así que puedo contar con ella siempre (ya sabes que a mí ya me tienes desde el principio de los tiempos, Cla).

Fueron, como dice el propio EROS, “momentos bellos que quedarán así, grabados en la mente”.





jueves, 11 de febrero de 2010

Soñando con el sábado.




Me he dado cuenta de que, en realidad, no os he dado demasiado la brasa con lo del concierto. Y eso no puede ser, porque llevo más de un mes dándosela a todos los que tengo a mi alrededor.

Sí, es verdad que os informé del concierto nada más comprar la entrada hace un montón de meses (y menos mal, porque se agotaron hace bastante), y también que os hablé del concierto nada más comenzar el año cuando pedía que no me pusiera mala (a puntico estoy, que llevo tomando paracetamol desde el lunes y parece que lo estoy frenando), y el otro día os soltaba el tostón con lo del disco. Pero, francamente, eso ha sido muy poco. Os habéis librado.

En casa llevan aguantándome meses. Empecé la cuenta atrás a los quince días y vamos por el dos. ¡Dos días! Y todavía no sé qué ponerme porque en Madrid hará frío, pero dentro del Palacio de los Deportes y dando saltos y gritos, hará calor. Y tampoco sé qué equipaje llevar, ni he preparado la cámara de fotos, ni he mirado planos de Madrid para orientarme (aunque yo, de eso, no sé), ni un montón de cosas más. Ayer hice una lista de más de 8 puntos y hoy sólo me acuerdo de tres…

Pero bueno, tengo las entradas, el hotel y los billetes de tren, o sea, lo fundamental. También llevo todo el mes escuchando en el coche la discografía completa en español e italiano, para refrescar la memoria, y hoy he ido al cajero para poder comprar todo el merchandising que pueda, jeje.

Y bueno, llevo canturreando fragmentos de canciones de Eros que vienen muy bien:

“Pronto te veré, muy pronto te veré…”

“Donde hay música… estaré yo”.

“Esperaré contando los minutos…”

Pero sobre todo, esa que dice: “Siempre soñando con el sábado…”




domingo, 7 de febrero de 2010

El Circo de la Mariposa.

Sólo hay que dedicarle veinte minutos. Merece la pena.







;-)

viernes, 5 de febrero de 2010

Descubriendo "Alas y Raíces".




Aunque hace unos meses que debería haber escrito la entrada, nunca es tarde si la dicha es buena (dice el refrán) y, si todo va bien, la dicha vendrá el próximo sábado a partir de las 21:30 en el Palacio de los Deportes de Madrid en forma de súper concierto.

Sin duda alguna uno de los mejores discos de Eros Ramazzotti, que intentaré resumir en unas pocas frases (aunque me va a costar…) Ahí va:

Apuntes y notas:

“Yo estaré siempre aquí, pidiendo al sol que va a dormir, que me regale más tiempo. Seguirá más vivo el día con su luz…”

El camino:

“De tu instinto tenaz, que no cede jamás, desde él sentirás que comienza el camino. Nosotros también vamos buscando un sentido. Toma un respiro y después, no te pares en tu recorrido, y si alguna escalada muy dura será y subiendo el alma se hiele, lo sabemos muy bien, se podrá derretir con un rayo de sol que nos llegue…”

Dímelo a mí:

“Dímelo a mí, qué es lo que no va bien, yo no te juzgaré, si hay una culpa, lo sé, toda tuya no puede ser (…) El mundo gira al revés y tu futuro lo ves como una nave entre tormentas, que te da miedo, lo sé, pero no puedo creer que no te queden sueños, si lo intentas…”

El horizonte:

“Me conoces bien y tú sabes que yo por un amigo moriría, y si he cambiado yo es tan sólo porque sé que el engaño existe…”

Afectos personales:

“Solos no, no estaremos solos nunca más, si nos rodean los afectos personales. Descubriremos que maravillosa es la amistad porque nos ata, pero sin usar las cadenas…”

Contra el viento:

“Yo quisiera decirte que entonces te amaba y que más de una noche, volviendo, perdí yo las llaves y tú, me perdiste a mí…”

Alas y raíces:

“Si morir se puede por amor, lo sabes, también por la soledad se muere…”

Flor inesperada:

“Si pudiese yo limpiar a fondo la memoria que he grabado, dentro del corazón y olvidar por siempre los errores (…) Yo quisiera encontrar aquí, dentro en mí, la inocencia primitiva de mi alma que es para ti…”

Nosotros incluidos:

“Me dijeron una vez: el hombre justo es aquel que sabe que la culpa es de todos y también de él…”

No podemos cerrar los ojos:

“Yo soy vuestra madre y me llamo Tierra, y a vosotros yo hago vivir. Recordáis, quizás, cuando era bella, antes de que mi rostro lograsen herir. Y mi historia grita el sufrimiento del abandono y yo, me lamento…”

Como un tesoro:

“Estoy ya preparando cosas que salvar yo quiero, las sonrisas de los niños sé que es lo primero (…) Luego, si lo pienso, yo también tener quisiera el beso de una madre, el más grande que se pueda…”

Linda y el mar:

“No se puede ser valientes, cuando lo que vemos nos hirió…”

Como digo, es muy difícil resumir estas doce canciones, así que lo mejor es escuchar el disco completito que merece la pena, y mucho. Algunos descubrirían que Eros es mucho más que “La cosa más bella”.

Ciao!

;-)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Señores académicos (II):




Señores académicos de la “Academy of Motion Picture Arts and Sciences”:

Permítanme que les exprese mi alegría (no mi decepción como el año pasado) por las nominaciones de los prestigiosos premios que otorgan en la categoría de “Performance by an actress in a leading role” (o sea, mejor actriz principal).

He de confesar, que no he visto ninguna de las películas por las que las actrices han recibido su nominación, (en mi defensa diré que, en concreto la de “Julie & Julia”, creo que no ha pasado por la cartelera de mi ciudad y, si lo hizo, su paso fue tan fugaz que se me escapó…), pero ya saben de mi admiración por Meryl Streep, así que, como digo, estoy contenta por ella.

Ahora bien, por favor les pido que sean consecuentes con las votaciones. Me encantaría ver cómo sube triunfante (y seguramente con unas lagrimillas en los ojos y su gesto tan característico sujetándose la cara con las manos) a recoger el que sería su tercer Oscar después de tantas nominaciones, ya que, como ella mismo ha declarado, es la actriz a la que más veces se le ha escapado.

Llegados a este punto, he de reconocer que también me gustaría ver a Sandra Bullock recogiendo la estatuilla, pero sinceramente, me gusta más la primera opción.

Deseando fervientemente que tengan en cuenta mi petición, les saluda atentamente, Lenitita.