Que yo recuerde, en mi casa hemos montado unos seis o siete muebles de esos de “fácil montaje”. ¡Ja!
Lo normal es que empieces muy entusiasmado, mirando cuidadosamente las instrucciones, clasificando los tornillos, colocando cuidadosamente las piezas… Y empiezas a montarlo.
El mosqueo empieza cuando el tornillo no entra donde tenía que entrar, o el tornillo en cuestión, simplemente no está. Luego vienen las diferentes interpretaciones que se pueden hacer de los dibujos: “¿esto de qué lado está?”, “en el dibujo se ve más grande”, “esto no llega”… y un largo etcétera. Al final, terminas montando el mueble, pero has necesitado más tiempo del que te decían, más herramientas de las que te venían y más personas de las que en principio se requerían y, para colmo, el mueble está cojo.
Nuestra última adquisición nos está dando más problemas de la cuenta. Mi hermana y yo, muy chulas las dos, le hemos regalado a mi hermano una bicicleta elíptica. Según las instrucciones eran suficientes dos personas y 20 minutos para montar la bici. Bien, pues tres días después y cuatro personas con las manos destrozadas seguimos sin poder colocar la dichosa barra, apenas unos centímetros, pero el pedal no entra…
Pero yo creo que tiene truco: el ejercicio en sí es el propio montaje de la bicicleta, 20 minutos al día son suficientes para tonificar todas las partes del cuerpo. Ni bicicleta ni nada.
Por cierto, la bici también está coja…
2 comentarios:
JAJAJJAJAJAJJAJAJA. Vaya jartá de reir me he pegao con tu historia. Puede ser perfectamente un moníloggo para el club de la comedia.
Muy bonito tu blog.
Por cierto, soy alguevar, de maestros25.
Un saludo y prometo seguir visitando tu maravilloso blog.
Suerte con los destinos
Gracias por tu comentario alguevar. Si sigues leyendo verás que ya cuento en otra entrada que tengo nuevo destino definitivo, a ver qué tal. Suerte a ti también.
Por cierto, al final hubo que llevar la bici a que nos la montaran a base de martillazo limpio ;-)
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