miércoles, 20 de abril de 2011

Cosas de hospitales.



- Ingresar por urgencias en un hospital el día en que inauguran las nuevas instalaciones de urgencias y que además, están sin camas, puede acarrear varios errores, por ejemplo:

* Ingresar a un paciente sin avisar al acompañante que, pacientemente, ha estado esperando en la sala de espera y que finalmente se entere del ingreso porque el propio paciente le avisa gracias a su teléfono móvil.

* Que el paciente esté más de una hora sentado en una cama sin poder ponerse ni un pijama.


* Que las enfermeras no tengan ni idea de que tienen que inyectar insulina al paciente porque los papeles no han llegado.


* Que no te vea un médico hasta el día siguiente.

- No importa que le ofrezcas a la enfermera el brazo izquierdo para que te cojan la vía. Ella te la cogerá en el derecho, aunque sea el lado contrario al que tendrás el gotero.

- Una cama libre en un hospital dura lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio.

- No importa la hora en la que esa cama que quedó libre vuelva a ser ocupada. Irrumpirán sin ningún reparo a adecentar la cama y el armario, encendiendo luces y abriendo puertas sin importar que haya otros enfermos en la habitación o que sean las dos de la madrugada.

- Si un enfermo de cierta edad es ingresado a altas horas de la madrugada en soledad, es normal que llame a la enfermera, pero ésta se molestará y acudirá de malas maneras.

- Siempre habrá una enfermera con un poquito de mala leche. Afortunadamente también habrá otras más amables.

- Es una mala idea poner en un mismo mando el interruptor de la luz y el llamador: cualquiera puede confundirse a media noche. Si además el que se confunde, ya lo ha hecho en otras ocasiones, el cabreo de las enfermeras será mayor y no le harán caso cuando llame de verdad.

- A algunos acompañantes les da igual ponerse a reír a carcajadas en el pasillo a las tantas de la noche. No importa que haya pacientes que quieran dormir o que otros acompañantes lo estén pasando mal. ¿Para qué van a salirse a un sitio más discreto?

- Los termómetros de mercurio han pasado a la historia. Cómo mola el aparatito de la oreja.

- Los horarios de las comidas están muy mal distribuidos. Unas comidas están muy seguidas y otras demasiado espaciadas.

- Es un abuso cobrar 4 euros diarios por la televisión.

- Aunque hayas pagado la tele a medias con otro paciente (el tercero se hará el “longui” alegando que no le gusta la tele), el otro cambiará de canal justo cuando va a empezar el rosco de Pasapalabra, que es justo lo que querías ver...

- Hay que ver lo que le gusta a la gente de pueblo sacar el patrón a todo el mundo (con todo mi respeto a los de pueblo).

- Hay que ver lo que tardan los resultados de algunas pruebas. ¿O es que la mitad de la plantilla está de vacaciones? Vete tú a saber…

- Hay un montón de gente sola en los hospitales.

- Las noches de hospital son larguísimas.

- Ahora los sillones de las habitaciones son reclinables y tienen reposapiés. Menos mal.

- Qué invento el MP3.


7 comentarios:

Utopazzo dijo...

Je,je... Elena, a mi padre no hace mucho, cuando fue llevado a urgencias (traumatológico de Jaén) por una caída donde se hizo un esguince o algo más, le estuvieron haciendo pruebas y hasta rayos X, en la pierna que no era, pese a que mi padre les repetía una y otra vez, que la pierna afectada era la derecha... ellos, erre que erre, hasta darle el alta y para casa. Una vez allí, se sigue quejando y yo le pregunto de nuevo: ¿Pero que pierna es...? -la derecha responde- ¿Pero entonces por qué te han radiografiado la izquierda?- y yo que sé; si yo les decía que era la otra pierna...- respondió ¿?... ¡Ver para creer! Pero así fue y hasta ahora...
Me tocó bajar al hospital y después de una larga espera y una conversación con los médicos de guardia, no se resolvió nada... todavía no me creo la situación.

Un abrazo... y sí, así puede ser la vida en un hospital o en urgencias, que para el caso es lo mismo.

Sonia dijo...

Son las cosas que pasan por allí.Espero que la persona que ingresara esté ya recuperada.Un saludo

Elena dijo...

Ostras Utopazzo, qué fuerte! Pero si eso es de chiste! Desde luego... Afortunadamente, aparte de las anécdotas, por lo demás, parece que no están cometiendo errores. Espero. Otro abrazo ;)

Pues Sonia, ahí sigue, un poco bajo de moral, pero parece que recuperándose. Gracias.
Un besito ;)

Encarni dijo...

¡Vaya Elena! Espero que todo esté dentro de la normalidad y que no sea nada grave. No eres la única hija, yo creo que hay mayoría que odia los hospitales. Un abrazo y mucho ánimo.

Ana dijo...

Elena, el paso por un hospital siendo acompañante, no enfermo, te da una visión bastante particular de cómo funciona la sanidad. No me voy a referir a la parte médica, profesional o de infraestructuras, que en general me parece bastante buena, sí a la humana. El principal problema en el trato a los pacientes y sus familiares es que los distintos profesionales piensan que no tenemos capacidad de entender lo que nos pasa. Una buena comunicación es fundamental y un poquito de factor humano; ésto que debería ser una parte de su formación depende exclusivamente de quien te toque en el turno correspondiente. Hace unos años ingresé en el hospital y en el mismo día me encontré con un médico al que me gustaría encontrarme en otras circunstancias y decirle unas cuantas cosas y con una anestesista y un enfermero que me hubiera llevado a mi casa...

Un abrazo y mejoría.

En las nubes. dijo...

Espero que tu familiar se esté recuperando mi niña, un besazooo enormeeeeeee y a pesar de que el post habla de hospitales me ha encantado como lo has relatado, un beso.

Elena dijo...

Bueno, la aventurilla hospitalaria ha durado 14 laaaaaargos días. Mi papi está mejor, ha perdido unos kilos y está encantado y a la espera de unos resultados.

Ahora lo que necesitaba yo eran unas vacaciones después del larguísimo y duro trimestre, pero ya se han acabado...