Pues resulta que la Junta de Andalucía ha decidido sacar un plan al que llaman “de calidad” para mejorar los rendimientos escolares. El plan ha venido acompañado de un caramelito para que todos los centros votaran a favor de él. El caramelito se llama “incentivo económico”.
O sea, que por cobrar más voy a conseguir mejores resultados con mis alumnos. Entonces, eso quiere decir que ahora no los consigo porque estoy cobrando menos. Hay que ver, y yo que pensaba que lo estaba dando todo en clase, esforzándome para que mis alumnos comprendan lo que les explico, animándoles a estudiar, a esforzarse, a trabajar, en fin, lo normal. Pues no, necesito un incentivo (qué palabra más fea…):
O sea, que por cobrar más voy a conseguir mejores resultados con mis alumnos. Entonces, eso quiere decir que ahora no los consigo porque estoy cobrando menos. Hay que ver, y yo que pensaba que lo estaba dando todo en clase, esforzándome para que mis alumnos comprendan lo que les explico, animándoles a estudiar, a esforzarse, a trabajar, en fin, lo normal. Pues no, necesito un incentivo (qué palabra más fea…):
incentivo, va.
(Del lat. incentīvus).
1. adj. Que mueve o excita a desear o hacer algo. U. m. c. s. m.
2. adj. Econ. Estímulo que se ofrece a una persona, grupo o sector de la economía con el fin de elevar la producción y mejorar los rendimientos.
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¿Producción? Yo creía que trabajaba con personas…
Simplemente me parece aberrante.
Según parece toda la culpa la tenemos los maestros. Al parecer, ni los alumnos, ni los padres ni la propia Junta tienen nada que ver. Y el hecho de que haya centros que se caen de viejos, cursos por los que pasan al día cinco maestros o que se tienen que juntar con otros porque no mandan al sustituto del que está de baja, que no se den los famosos apoyos, que no se cumpla la ratio en la mayoría de las clases, que los inmigrantes sólo tengan un par de horitas (con suerte) a la semana para aprender el idioma, que haya clases con mobiliario del siglo XV por lo menos, que haya clases sin mobiliario, sin recursos, sin pizarras… eso tampoco tiene nada que ver.
Como era de suponer, cientos de centros han dicho NO a esta aberración (según el sindicato USTEA unos 1.700), pero muchos otros han dicho SÍ (unos 170 según este mismo sindicato) e incluso centros que en un principio habían dicho NO, han terminado diciendo SÍ (como el mío). Es curioso, pero muchos de los que han votado SÍ, afirman haberlo hecho sin haberlo pensado mucho y confiesan que el tema económico también les motiva y lo que es peor: “que por qué no van ellos a cobrar más y otros lo van a hacer trabajando incluso menos que ellos”. Este último argumento parece que es el que más peso está teniendo ya que, incluso han intentado convencerme a mí con él: “al final todos se van a acoger al plan y van a cobrar todos menos tú”.
Pero yo me he mantenido firme, he decidido no venderme y he dicho un fuerte no, aunque luego me fastidie que otros hayan cobrado más que yo. Ojala muchos se mantengan firmes en sus convicciones y no acepten el caramelo, quizá así la Junta se replanteara este plan, porque como diría Eros: mejor aún si lo decimos juntos…
Un fuerte no, si tú quieres oírlo,
un no de pecho, estoy listo a decirlo, ya ves,
mejor aún si lo decimos juntos.
Aquí dejo algunos enlaces de otros que, como yo, han dicho un fuerte no:
2 comentarios:
Me parece muy bien que te mantengas firme si crees que haces lo correcto. Yo estoy de acuerdo contigo, y grito ese "NO" contigo.
Graciasssssss ;-)
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